miércoles, 30 de noviembre de 2016

Caras dos


En el desfile de los instantes tenemos, por fortuna, muchas formas de verlos y medirlos. Los tránsitos presentes o futuros, *“el cansado amor que llegó tarde o el viejo dolor que no ha salido” Por eso ya con codos, ya por el discurso solar, ya por leguas o cuerdas o nudos o piedras o llantos. Medimos sin mesura todo el tiempo, ese que se escurre, que se prolonga como biología o como símbolo.
La antorcha cita el verso de la letra y el dibujo en ese balcón imaginario. Por eso muchas faces tiene el viaje y cada una de ellas también es una marca. Por eso siempre a deshoras, Las caras de los Antojos se adelantan y entre los embutidos, el maíz y las couves de bruxelas (coles, repollo) se muestran indecorosas ante ustedes. 
Si quiere pasar el tiempo con caras y gestos, sólo tiene que decirme, toser un poco y encomendarlo. 

* “Dos puertas” Enrique González Martínez.

martes, 29 de noviembre de 2016

Violino solo


Se filtra el recuerdo de Henryk Szeryng cuando una cuerda de violín se tensa. Los hombres en el exilio se desdoblan en un arte casi de agricultor que busca echar raíces en el viento, así llegó Henryk de Polonia a México en 1918. Porque viene tu figura amable te evoco, casi te miro, junto a Bach en la 6 sonatas cuando el Palacio de Bellas Artes era mi casa y soñaba ser músico en esa intimidad desconocida que aparece cuando un vivace interrumpe en altas horas de la tarde.
Nada tan inútil como la evocación, no tiene futuro, se consume en el instante, como el hoy del ahora.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Ella, la nueva


Reclinada su belleza cuesta arriba ella se impone así misma y de su polo magnético le presta al mundo las musitaciones y es entonces audible el despertar, la respiración y los nombres. Ella sabe que la fiebre es jugosa al pasar en la memoria los gestos del deseo. Prodigiosa levanta el brazo para señalar la inútil presencia del macho. Ella sabe que nunca perderá su ella para enloquecer por nada. Las maneras han cambiado y el que no lo sabe se perderá como un chorro de agua delante de un abismo.

domingo, 27 de noviembre de 2016

Dora luz


Algunos domingos la luz es terrenal y dorada como el trigo. Dormir en tu silencio. Es lo que pido.

Fotografía: tarde de luz en Guimarâes, Portugal

viernes, 25 de noviembre de 2016

"Las caras de los Antojos"


Ponerle buena cara a la vida aunque nos tunda es la fatiga de todos lo años, por eso el Abarrote no se desanima y lanza, para emparejar el empedrado, su Calendario 2017 “ Las caras de los Antojos”.
A cada mes una cara, un semblante, un humor para seguir o contrariarlo.
Si algo gusta el Abarrote es ofrecer, producir momentos a toda hora, así es que no se cohiba y pida su calendario, que lo enviamos a todos los lugares donde se sigan contando los días y semanas. 
No crean que me sumo al Black Friday, no, es la urgencia de decirles que ya estamos listos para los abrumadores pedidos y tener tiempo para agradar a la estimable clientela.
Así que ya lo sabe, no ponga mala cara y pida su Calendario 2017.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Conclusión peatonal


No cabe duda que caminar por la ciudad el aprendizaje es continuo. Los días útiles tienen una duración máxima de dos horas y hay que pagar por eso. ¡Claro! existen zonas inhóspitas que es mejor no aparcar.

Fotografía: Pela Rua Antero de Quental, perto da igreja de Lapa. Porto, Portugal

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Lluvia entre calles



Llueve. La calle se ata a su cuerpo, soñando la ciudad que le nace.
Su piel es dura. De asfalto. ¿Tendré que describirla?
Todos saben a lo que huele. Los nombres de cada calle pertenecen al que la habita. El humo de las alcantarillas, los rituales del ruido, del incesante ruido: su retrato. Sus huellas son un desfile interminable.
Las esquinan enloquecen cuando ven un paraguas. La calle es un fragmento de ese íntimo lugar ausente. También es la postal que deja el rastro visual de una raíz que ya olvidamos.
Llueve. Todo el tiempo.

martes, 22 de noviembre de 2016

lunes, 21 de noviembre de 2016

Manolito


Del bolsillo izquierdo del pantalón, Manolito sacó un bicho verde con grandes antenas y cinco pares de patas largas.

- ¡Saca de aquí esa cosa! -dijo mamá.

Mamá se enoja siempre, y tiene razón, una vez Manolito trajo en un frasco una lagartija enorme. Cuando abrió el frasco, la lagartija, aterrada, salto a la cara de mamá. Se oyeron gritos y después lágrimas. 
Manolito, no entiende y sigue trayendo sabandijas. A mi no me regañan ni me gritan, yo prefiero comprar dulces, en las tardes saco del bolso de mamá unas monedas, ella ni se da cuenta. Hay que ser listo.

domingo, 20 de noviembre de 2016

Referencia


Andar por senderos, siempre movedizos y esquivos en la ciudad que habitamos; nos consuela ver en la ventana cerrada dos puntos rojos vitales, suspendidos en diminutas macetas, para pensar que cuando se abra la ventana una desnuda caricia nos espera. 
Referencia lejana de cuando teníamos la certeza de llegar a buen puerto. 

Fotografía: por el Passeio das Virtudes, Porto, Portugal.

viernes, 18 de noviembre de 2016

As


Una noche al doblar los naipes se encontró el As. Descendió a ese sótano; a esa llama que lo abrazaba. Desde entonces navega ufano, rompiendo a llorar porque la suerte es un escombro entre los otros.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Trigésima sexta columna


Algunos conceptos se estiran tanto que se transforman en barrotes.

Fotografía: Pela rua dos Mercadores, Porto, Portugal.

martes, 15 de noviembre de 2016

El Sr. Casas


Como si fuera un lebrel de su espacio, el Señor Casas, vivía como duro pezón, como estatua que nunca se mira acorralada en su hieratismo. Un cerrado huerto de paredes pintadas en blanco donde se derriten algunos retratos de familiares y amigos, y esa sombra ausente de los insectos, lo colman. Ni rencor ni silencio se perciben en sus hábitos. De noche, como agua nocturna, limpia los malos pensamientos de la huída para recuperar esa armonía de su orquestada vida. Es un paseante de interiores, un angélico de sus propias nubes. Fortalecido desde pequeño por unos padres que le dieron su agonía como llama, él, dulcemente se dejó llevar por sus inclinaciones y nunca levantó la voz con queja alguna. Se casó sin aspavientos para enviudar con esta tranquilidad luminosa de la aceptación. Desde entonces viste de blanco y los ceniceros se vaciaron. Ahora sólo habita el espacio de su propio nombre. Mastica un estilo austero y en su mesa se exhibe el buen pan y el tazón caliente con la sopa de verduras.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Decantar


El paisaje sólo es tangible en el latido del ojo que lo mira. La luz descubre los confines para que el viento anide con su tacto de memoria. Inmóvil, la extensión se gastará ahora en la república de las imágenes por venir.

Fotografía: vista de Riveira desde Vila Nova de Gaia, Porto Portugal.

domingo, 13 de noviembre de 2016

jueves, 10 de noviembre de 2016

Minimal


El Señor Minimalista nunca tuvo ese brusco despertar de la consciencia. Pocos rasgos lo escrutan y su abismo cotidiano ni lo asombraba ni lo perturbaba. Se acomodaba en cualquier rincón y dejaba pasar las tempestades de la realidad, esa que estaba afuera de su contorno. En su lecho, como un reptil en asecho, se exhibía. Nunca se vio persona mas deshabitada. Sus compañeros, monederos falsos, lo velaron a los 30 años de de su edad. Celosos de cumplir su último deseo, una simple estaca le sirve de epitafio.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Pupilar



Algunos reflejos están celosamente en custodia para que la mano no los toque.

Fotografía: algún reflexo pela Rua de Santa Catarina, Porto, Portugal.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Ante la cámara


Se abrió paso entre la multitud, se apoltronó hasta la primera fila, sacó su cámara fotográfica y pidió a todos que posaran, vamos, que pusieran su mejor cara. 
La querida Rita se enredó como era su costumbre tratando de juntar las malas lenguas con la suya. Sentado, el abuelo, mostraba sus únicos dos caninos. La tía Junita, lucía su melena rubia oxigenada y un poco sorprendida, enmudecía ante la indiferencia de la concurrencia. Como pez en el agua el el joven Basilio, iba de un lado a otro, no encontrando lugar para la pose, por eso salió de perfil.
Revisando la fotografía, encontró dos personas que le eran desconocidas. Preguntó. Le dijeron, entre las risitas de mamá, que se quedara quieto y olvidará, que ante la cámara todos nos transformamos.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Trigésima quinta columna


Algunas columnas escenifican, todavía, el eco de la comedia en la tragedia de todos nuestros días.

Fotografía: Anfiteatro, Mérida, España.

martes, 1 de noviembre de 2016

Noviembre


Noviembre me gusta para untar el aceite en árboles desiguales, poner las dudas en tumbas semejantes y dejar en orden los cráteres del pensamiento. La melancolía de lo ya bebido se improvisa en Do.
De lejos nos llega esa melodía tan sola que hace bulla entre los huesos de los días.
Busquemos la llave de Sol de nuestra celda.