jueves, 3 de marzo de 2016

Marsilio


No pudo ser colibrí porque cuando nació el arcoíris le toco con precisión celeste. No pudo alzar el vuelo porque sus alas recibieron el polen de las coníferas. Del pez las escamas y del reptil su sangre fría lo hacen un ser singular. No tuvo la suerte des ser conocido por La Fontaine. El anonimato lo hizo desarrollarse sin vicios de conducta, ni las virtudes propias de las fábulas.
Tiene un penacho trémulo y un pico largo, por eso se alimenta de frases cortas como si fueran semillas o pequeños insectos voladores.
Se me olvidaba decir que es diminuto y un poco húmedo. Si te lo encuentras, ten cuidado, no hay moraleja como antídoto.